Así como hace unos meses apareció el fenómeno Cumbio en la Argentina, algo parecido sucede en estos días al otro lado del Océano Pacífico; aunque esta vez no en el ámbito de la moda generacional ni de la farándula sino en el mundo de la política. Con apenas 24 años, María Sergeyeva es hoy la blogger más influyente de Moscú y lidera una agrupación de adolescentes ultranacionalistas llamada Jóvenes Guardianes que se encarga de hacer propaganda gubernamental para el ex presidente Vladimir Putin. Esto, que a simple vista pareciera ser la aparición de una militante de raza virtual con cierto patriotismo desmedido, se convirtió en algo preocupante para la sociedad ya que María desea propagar su discurso xenófobo por todo Rusia y con la ayuda del gobierno de turno.
En un momento en que los ataques racistas en territorio soviético se producen a diario, la niña mimada del Kremlin culpó a los extranjeros por la actual crisis económica que se vive en su país y sostuvo que "los inmigrantes deberían ocupar los puestos que los rusos no queremos o deberían volver a sus casas".
Sin embargo, el operativo antiinmigratorio no solo es individual. En las últimas semanas de febrero, los Jóvenes Guardianes llegaron a los titulares de los medios europeos por el papel que todavía están desempeñando en "la crisis inmigratoria", ayudando a la policía local a identificar a los inmigrantes ilegales para que luego sean expulsados antes de poder siquiera instalarse.
Según la prensa rusa, María enloquece a los jóvenes con su apariencia física y su estilo atrevido, "pero a través de su blog (anaitiss.livejournal.com) llega a lugares a los que la política ordinaria no logra ni siquiera acercarse". Por eso, el hostigamiento a la oposición, la defensa de los valores tradicionales y el odio enfermizo hacia el extranjero que se desprenden de sus palabras escritas, despertaron el interés del partido oficialista Rusia Unida que ya planifica sumarla en un futuro cercano a sus filas como ministra.
Pero, por sobre todas las cosas, María puede llegar a ser un ejemplo de lo que se avecina: una Europa gobernada por promesas políticas que nunca supieron explotar el concepto de diversidad étnica durante su juventud y que, a la hora de ejercer el poder en funciones fundamentales para un país, todo termine en un ultraderechismo igual o peor que el aplicado hoy por Silvio Berlusconi en su querida Italia xenófoba y secesionista, con sus leyes violatorias de los derechos humanos universales.
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