martes, 21 de abril de 2009

Curioso caso de (auto) discriminación

La Ley de Migraciones define al inmigrante como todo aquel extranjero que desee ingresar, transitar, residir o establecerse definitiva, temporaria o transitoriamente en la Argentina. A pesar de que nuestro país renovó su legislación debido al intercambio cultural generado en los últimos años por el inesperado movimiento demográfico, la ley Nº 25.875 cambió el paradigma de la búsqueda exclusiva de la inmigración selectiva pero todavía no ha logrado la aplicación plena de su principal objetivo:
  • Fijar las líneas políticas fundamentales y sentar las bases estratégicas en materia migratoria para dar cumplimiento a los compromisos internacionales de la República en materia de derechos humanos, integración y movilidad de los migrantes.
Realidad que tiñe de negro y quita veracidad a las libertades garantizadas en la definición mencionada en primera instancia.

Con este aviso, (Des) encantos argentinos anticipa la publicación de una investigación que tratará una curiosa situación de discriminación. ¿Por qué? Involucra a La Ley (no precisamente la que ampara a los inmigrantes), y en ella la inocencia termina por convertir a los protagonistas en victimarios de su propio ser.

La hostilidad se tiñe de verde (1º parte)



Ante la caída progresiva en el panorama económico mundial y la supuesta capacidad de Argentina para eludir o retrasar el impacto negativo en el país, ¿sería descabellado esperar que una corriente migratoria de desocupados llegue escapando de la crisis? ¿Cómo recibiría esto una sociedad que mira de reojo al extranjero?

Lo claro en este tipo de situaciones, donde los dólares escasean, es que factores como la devaluación y la prosperidad laboral son determinantes a la hora de elegir el lugar donde vivir. El Banco Mundial ya emitió un informe que incluye a las naciones como Brasil, Chile y Argentina como parte de un grupo de repúblicas que tienen mayor capacidad de salir airosos de la crisis 1.

Los países centrales solían acaparar la mayor cantidad de dinero y resultaron ser una fuente de trabajo para el inmigrante desocupado y desesperado. Se buscaba llegar de cualquier manera a una potencia que le asegurara de forma legal o ilegal la posibilidad de conseguir un empleo que le brindara el dinero suficiente para sobrevivir, relegando cualquier posibilidad de ahorro y mucho menos de progreso.

Pero la situación cambió abruptamente, y los empleos que mantenían enaltecida a las naciones "ejemplo" del capitalismo comenzaron a desplomarze de a cientos de miles y la seguridad se transformó en necesidad. Incluso, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estimó que para fines del 2009 se perderán más de 50 millones más en todo el mundo 2.

Los países denominados "emergentes" son ahora los señalados para tomar las riendas de la economía global. Por eso el futuro será el encargado de mostrar si la sociedad argentina considerará a los inmigrantes que traigan billetes verdes como innecesarios. "Por la plata baila el mono", dice el dicho popular, y la población nacional tendrá el desafío de negarlo o aseverarlo. Serán cientos de millones de personas diseminados por todo el mundo, con libre acceso a cualquier país y compitiendo en el mercado laboral, preparados para hacer bailar al resto.


Fuentes consultadas:
1- Diario Página/12, jueves 16 de abril de 2009, Sección Economía, Nota: "El Banco Mundial es optimista".
2-
Diario Clarín, miércoles 28 de enero de 2009, Sección El Mundo, Nota: "Estiman que en 2009 habrá 50 millones de desocupados más en todo el mundo".

lunes, 13 de abril de 2009

María Sergeyeva: el futuro que se avecina


Con apoyo popular. La joven rusa enamora con sus discursos apasionados y racistas desde la web.

Así como hace unos meses apareció el fenómeno Cumbio en la Argentina, algo parecido sucede en estos días al otro lado del Océano Pacífico; aunque esta vez no en el ámbito de la moda generacional ni de la farándula sino en el mundo de la política. Con apenas 24 años, María Sergeyeva es hoy la blogger más influyente de Moscú y lidera una agrupación de adolescentes ultranacionalistas llamada Jóvenes Guardianes que se encarga de hacer propaganda gubernamental para el ex presidente Vladimir Putin. Esto, que a simple vista pareciera ser la aparición de una militante de raza virtual con cierto patriotismo desmedido, se convirtió en algo preocupante para la sociedad ya que María desea propagar su discurso xenófobo por todo Rusia y con la ayuda del gobierno de turno.

En un momento en que los ataques racistas en territorio soviético se producen a diario, la niña mimada del Kremlin culpó a los extranjeros por la actual crisis económica que se vive en su país y sostuvo que "los inmigrantes deberían ocupar los puestos que los rusos no queremos o deberían volver a sus casas".

Sin embargo, el operativo antiinmigratorio no solo es individual. En las últimas semanas de febrero, los Jóvenes Guardianes llegaron a los titulares de los medios europeos por el papel que todavía están desempeñando en "la crisis inmigratoria", ayudando a la policía local a identificar a los inmigrantes ilegales para que luego sean expulsados antes de poder siquiera instalarse.
Según la prensa rusa, María enloquece a los jóvenes con su apariencia física y su estilo atrevido, "pero a través de su blog (anaitiss.livejournal.com) llega a lugares a los que la política ordinaria no logra ni siquiera acercarse". Por eso, el hostigamiento a la oposición, la defensa de los valores tradicionales y el odio enfermizo hacia el extranjero que se desprenden de sus palabras escritas, despertaron el interés del partido oficialista Rusia Unida que ya planifica sumarla en un futuro cercano a sus filas como ministra.

Pero, por sobre todas las cosas, María puede llegar a ser un ejemplo de lo que se avecina: una Europa gobernada por promesas políticas que nunca supieron explotar el concepto de diversidad étnica durante su juventud y que, a la hora de ejercer el poder en funciones fundamentales para un país, todo termine en un ultraderechismo igual o peor que el aplicado hoy por Silvio Berlusconi en su querida Italia xenófoba y secesionista, con sus leyes violatorias de los derechos humanos universales.

domingo, 5 de abril de 2009

Rescatar al ignorante de la incultura

"El hombre que no debe seguir tal como es, es necesario verlo también como podría ser y acostumbrarse a esa visión"
Bertold Brech

Es evidente que la condición de ser argentinos nos ha convertido en un fenómeno contradictorio. Nos emociona el hecho de serlo, pero también sufrimos por ello. Incluso no hace falta ser un genio, ni mucho menos un criptólogo, para llegar a la conclusión de que la única palabra que se puede formar con las letras de "argentino" termina siendo "ignorante". Pasamos de ser los habitantes de uno de los diez países más ricos del mundo, allá por el prehistórico 1860, a tener fama de ciudadanos ventajeros, que se consideran "vivos" a la hora de la estafa, la mentira y, en el menor de los casos, del desprecio, mayormente hacia "el distinto".

Una vez el periodista y escritor de origen gitano Jorge Nedich nos explicó un concepto básico como el de las diferencias. "No está mal discriminar", dijo, y nosotros lo miramos sorprendidos. Parecía raro escuchar que una persona que había pasado la mitad de su vida defendiendo y reivindicando al pueblo más perseguido de la historia, disparara esa frase tan demoledora.

Las diferencias existen y están suficientemente marcadas como para evadirlas. Es natural que un individuo que abandona su país se lleve consigo sus hábitos, su tonada, su historia, y por qué no un pedazo de su tierra. En Argentina, en una suerte de atrevimiento pueblerino y hostilidad pueril, reprochamos eso y reproducimos el hermetismo cultural en el que crecimos y que nos transmitió la mentira de los límites territoriales y del nacionalismo sólo para separar a la gente.

A partir de ahora, (Des) encantos argentinos no se detendrá en la denuncia de este tipo de hechos sino que apuntaremos a mirar hacia delante y señalar ese camino que creemos correcto, para cambiar el concepto de que la diferencia está mal y con el fin de que el lugar de origen de una persona no se convierta en un adjetivo calificativo y muchos menos en una condena. Pelearemos para crear conciencia desde los acontecimientos y desde la voz de las víctimas.

De esta manera, apostamos a modificar el equívoco pensamiento costumbrista con respecto "al otro", tan arraigado en todas las clases sociales de nuestro país. Y, si es posible, sumar un argumento más para forzar el cambio y brindarle un salvavidas al argentino que se hunde cada día más en el mar de la incultura y la rivalidad sin sentido.